lunes, 23 de junio de 2014

QUÉ HACER FRENTE A LA AGRESIVIDAD

Ante una conducta agresiva emitida por un niño lo primero que haremos será identificar los antecedentes y los consecuentes de dicho comportamiento. Los antecedentes nos dirán cómo el niño tolera la frustración, qué situaciones frustrantes soporta menos. Las consecuencias nos dirán qué gana el niño con la conducta agresiva.
            Para evaluar el comportamiento agresivo podemos utilizar técnicas directas como la observación natural o el registro y técnicas indirectas como entrevistas, cuestionarios o auto-informes. Una vez determinado que el niño se comporta agresivamente es importante identificar las situaciones en las que el comportamiento del niño es agresivo. Para todos los pasos que comporta una correcta evaluación.
            El papel del docente a la hora de abordar los conflictos que se dan entre iguales seguirán estos criterios:

a)    En primer lugar el docente llevará a cabo un análisis de los hechos.
Por medio de la observación directa, el maestro concretará donde se provocan los conflictos, que motivos los desencadenan, quienes los provocan para así comprobar la gravedad de los hechos.

b)    Se establecerán normas y límites.
En un primer momentos el docente dialogará con los alumnos en un junta sobre los conflictos que están surgiendo, planteará el problema como un hechos triste que no gusta a nadie y que provoca malestar.
El docente pedirá a los alumnos su opinión sobre lo que está sucediendo y les preguntará que se puede hacer.
El alumnado irá formulando que es lo que se puede y no se puede hacer, el docente tomará nota y se expondrá en clase por medio de dibujos.

c)    Educación en valores positivos.
Se trabajará la afirmación personal, la valoración positiva del otro, la empatía, la colaboración, etc. El docente en el aula trabajará el desarrollo personal y la potenciación de habilidades sociales por medio de:
  •  Dramatizaciones con títeres.
  • Resolviendo conflictos, aprovechando todas las ocasiones en que estos se produzcan.
  •  Por medio de canciones.
  •  A través de juegos.
  •  Por medio de cuentos que trabajen valores.
  • A través de actividades cooperativas, mezclando frecuentemente los grupos (rotación),

d)    Medias preventivas.
Se establecen asimismo una serie de medidas preventivas, es decir, nos adelantamos a los conflictos que puedan surgir:
El docente tendrá en cuenta los modelos que puedan estar aprendiendo en su medio social y familiar para adelantarse a los posibles conflictos que puedan desencadenarse.
El docente estará pendiente de aquellas situaciones que provocan conflictos, por ejemplo no agrupará a un número elevado de niños/as en un determinado rincón para jugar.
Se recordaran las normas en la Asamblea de clase, es decir, a primera hora y también se recordarán algunos comportamientos al salir al recreo.
El docente aconsejará antes de salir al patio que practiquen juegos que ya previamente hubieran desarrollado en clase, y que desarrollen habilidades sociales.
e)    Actuación ante el conflicto
La actuación ha de darse como parte del docente de forma inmediata. En primer lugar se separará a los niños implicados, se tranquilizaran y se escuchará atentamente ambas partes. Posteriormente el docente mostrará desagradado y disgustado, se intentará que pidan perdón y se disculpen.
Finalmente y valorando la gravedad de la situación, se tomarán otras medidas como privarles del juegos temporalmente, llevarlos al despacho del director o a la clase del otro grupo de alumnos, hablar con su familia y si el problema persiste se pediría la colaboración del Equipo de Orientación Educativa.
f)     Valoración de la Experiencia.
Finalmente se hará una valoración de los logros alcanzados y de las medidas que se han llevado a cabo para determinar si son adecuados o si requieren una revisión más profunda.

TEORÍA DE LA VIDA Y LA MUERTE.

“La relación de odio con los objetos es más antigua que la del amor, procede del repudio primordial narcisista por parte del ego del mundo externo con su efusión de estímulos".

La teoría de la vida y la muerte menciona que dentro de los sentimientos que  conforman a un ser humano desde que nace, están presentes el amor y el odio esto significa al momentos de establecer relaciones personales en la vida, desarrollamos tendencias psicológicas agresivas (frustración), llegando a ocasionarlo la misma persona, como lo es para un infante la madre.
            Para un pequeño la madre le transmite amor, paz, tranquilidad, compañía, seguridad, en fin, sentimientos positivos, aunque por otro lado, cuando ella niega la atención, lo regaña o lo castiga despierta un sentimiento de frustración (odio), es decir, la misma personas despierta emociones totalmente diferentes.

            No saber manejar esta ambivalencia nos llevará a establecer relaciones inadecuadas, por otro lado, un buen control de ambas emociones llevará a relaciones asertivas.

Por otra parte, Freud en su concepto dualista sobre el instinto de la vida y el instinto de la muerte, se percata profundizando en sus estudios psicoanalíticos que existe cierta tendencia del individuo a auto-destruirse, a lo que él denomina masoquismo o la internalización de la energía de la libido, derivado de narcisismo o de la autodestrucción primaria, de igual forma sostiene que existe la tendencia del individuo de destruir a sus semejantes o al mundo exterior, como consecuencia de la libido objetiva; es decir, cuando la libido se dirige hacia el objeto externo constituyendo así el denominado narcisismo secundario o lo que Freud denomina sadismo. 

TEORÍA DE LA FRUSTRACIÓN.

La teoría de la frustración nos menciona que ante una situación de estrés repetida, la persona afecta va acumulando un sentimiento de “frustración” haciéndolo vulnerable a desahogar dicho sentimiento. Asimismo, la persona afecta descargando hacia los demás su sentir, haciendo imposible no afectar a otras personas, veamos así, si un niña a la hora de las actividades un compañero le quita su material haciendo esto de manera constante, aunque la pequeña no responda a dicha agresión, va acumulando un sentimiento de frustración que descarga con otra persona.
            Por su parte Dollard y  sus colaboradores ha hablado de este tema, definiendo la frustración como una “interferencia con la secuencia del comportamiento”[1], es decir, que todas las personas nos ponemos metas o propósitos y al verse afectado o interrumpidos provocan un sentimiento de insatisfacción.
            Para completar las investigaciones de Dollard, Davitz realizó varios experimentos con niños llegando a la conclusión que entre más grande y constante sea una frustración, mayor será la agresión.
            Esto nos ayuda a comprender que un niño el cual es agredido o enfrentado a una situación frustrante siente deseos de responder a su agresor, despertando emociones dañinas. Cuando no se puede responder al agresor por temor al verle “insuperable”, esos deseos reprimidos son descartados ya sea hacían objetos o hacia alguna persona.
            El que podamos observar e identificar aquellas cosas que provocan la frustración, nos permitirá prevenir un descargue de agresividad, pues entre menos nos enfrentemos a situaciones frustrantes menor será la carga de emociones y conductas agresivas, aunado a prevenir y tomar medidas para controlar este tipo de actitudes.
            Hemos visto como el no satisfacer deseos de los niños provoca frustración,  no por ello se le debe dar todo al infante y satisfacer cuanto pida, más bien se trata de enseñar a manejar a los niños la frustración y los sentimientos de inconformidad.



[1] Dollard  Teoría de la frustración.

TIPOS DE AGRESIVIDAD





La agresividad se puede manifestar de diversas maneras:

AGRESIVIDAD FÍSICA: Cuando se provoca una lesión al cuerpo. 
AGRESIÓN VERBAL: Usar palabras (gritos, maledicencias, etc.) con el fin de lastimar.
AGRESIÓN PSICOLÓGICA: Cualquier tipo de actitud que daña emocionalmente.
            Diferentes autores como Freud y Dollard, han dedicado investigaciones para tratar de comprender el origen de la agresividad infantil, podemos identificar dos teorías, la teoría activa y reactiva. La teoría activa propone que las conductas agresivas presentadas por los individuos son influenciadas por factores innatos, es decir, dependen de los genes y del temperamento de las personas.
            Teoría reactiva,  ésta teoría nos dice que las agresiones son influenciadas dependiendo el medio donde se desarrolla la persona, pudiendo ser aprendidas por el contexto social. Dentro de la teoría reactiva se encuentra, las agresiones de impulso, siendo todas aquellas que se presentan como reacción a una situación estresante, al encontrarse en un ambiente de riesgo, como por ejemplo, supongamos que a la hora del receso es molestado por demás compañeros, ante esta situación el pequeño responde con violencia hacia sus compañeros, otro


            Agresión del aprendizaje social, toda agresión es aprendida y realizado por imitación, como ejemplo, un niño al ver discutir a sus padres (habiendo violencia intra-familiar, golpes, gritos, etc.) ante una discusión él responde con golpes.

AGRESIVIDAD INFANTIL



Una de las problemáticas más recientes en el ámbito escolar es la agresividad, cada vez más aumentan los incidentes, se implementan guardias a la hora del recreo para vigilar a los niños, provocando así mismo, una baja en la asistencia y al cambio definitivo de la escuela.
Se ha comprobado que uno de los problemas principales de las ausencias en clases, es por niños negándose asistir a clases por miedo a recibir un tipo de lesión, niños que son violentados de manera constante.
Estamos llegando a un punto alarmante, vídeos circulan en las redes sociales con escenas de peleas, de agresiones e humillaciones son el centro de atención de miles de jóvenes, casos que han terminado ocasionalmente en muerte.
Este tipo de conducta también es propia desde los primeros años, desde los jardines de niños ya se reportan incidentes de violencia, aún maestra han recibido algún tipo de lesión, sin embargo, algunos padres consideran normales este tipo de comportamiento justificándolos con ser propios de la edad.
Entonces es cuando surge la pregunta, ¿qué está pasando?, ¿por qué los niños ya no son como antes?, ¿qué es la agresión infantil? ¿En verdad este tipo de conductas son “normales en los niños?
 Con el fin comprender este tema, hemos buscando algunas referencias de diversos autores, tratando de analizar un poco los factores implicados en las conductas disruptivas, así como, algunas recomendaciones  para maestros y padres de familia sobre lo que podemos hacer o no en caso de enfrentarnos a una situación similar.
Una agresión es el resultado de conflictos definidos como “situaciones en que dos o más personas entran en oposición o desacuerdos de intereses y/o posiciones incompatibles donde las emociones y sentimientos juegan un rol importante”[1]
La agresividad infantil “es el hecho de provocar daño tanto físico como psicológico”, “forma parte de nuestra naturaleza la agresividad. Como todo lo pasional, de lo que  forma parte, en sí no es algo ni bueno ni malo. Es una necesidad, pues sin ella no  tendríamos fuerza interior para vencer los obstáculos con que uno se encuentra a lo  largo de la vida. Eso sí hay que educarla”[2].
Es definida como “una respuesta hostil frente a un conflicto latente, patente o crónico”[3], donde las emociones juegan un papel importante en la manifestación de impulsos agresivos, pues el mal manejo lleva a un desequilibrio emocional, pudiendo caer hasta el punto de dañar a los demás.

Según varias investigaciones los principales factores que propicia la agresividad infantil  son los aspectos individuales, familiares, escolares y/o amigos y sociales o ambientales. En los factores individuales encontramos el “temperamento, impulsividad, hiperactividad, condiciones psiquiátricas, historia de agresión, actitudes creencias”[4], etc.
Por su parte en los aspectos familiares, “la exposición a la violencia, abuso del niño, abuso parental de sustancias, paternidad inefectiva, conflictos maritales, pobre apega, padres antisociales”[5] entre otros.
“Los grupos antisociales, bajo compromiso de la escuela, fracaso académico, escuelas grandes, intimidación”[6], rechazo de los compañeros forman parte de los aspecto escolares, por último encontramos que dentro de los aspectos sociales y/o ambientales están la “desorganización del veintenario, violencia del entorno, acceso a las armas, violencia del entorno, acceso a las armas, prejuicios, expectativas del rol de género, normas culturales”[7].
Es el ambiente familiar considerado como el de más impacto en la vida del infante, influyendo la manera de disciplinar de los padres, la forma en la cual los miembros de la familia se tratan, las reacciones, expresiones, comportamientos y toda actitud, van aprendiendo dichos comportamientos expresándolos hacia los demás.

Por su parte Freud en su psicoanálisis observó cómo los niños desde edades tempranas mostraron actitudes negativas cuando tiene un amor por su progenitor y ven a su hermano como rival teniendo un deseo de dañarlo, "luchar", incluyendo comportamientos de destruir cosas y lanzarlas, este tipo de manifestaciones coinciden en un etapa a la que Freud llamó sádico-anal, término usado en el actualidad.



[1] Unidad de Apoyo a la Transversalidad 2006, pág. 12.
[2] Vega-Hazas, 2009, p. 164).
[3] Unidad de Apoyo a la Transversalidad, pág. 14.
[4] Díaz M. Alejandro (2008). Agresión y violencia en la escuela como factor de riesgo del aprendizaje escolar. Disponible en: http://www.scielo.cl/pdf/cienf/v14n2/art04.pdf
[5] Díaz M. Alejandro (2008)
[6] Díaz M. Alejandro (2008)
[7] Díaz M. Alejandro (2008).

LOS NIÑOS YA NO SON LOS MISMOS...

“Los niños ya no son los mismos”, lo ha escuchado, o quizá lo ha dicho, pues es una realidad, la imagen de los niños “obedientes”, respetuosos de sus padres, aquellos que ni siquiera escuchaban las pláticas de sus padres, mandables, parece han ido extinguiendo con el paso de los años.
Ahora medios de comunicación,  nos hablan de bullying, acoso escolar, hostigamiento, abandono escolar, en fin, casos que han llegado a la muerte, es una realidad, cada vez más los niños muestran más comportamientos de agresividad que benevolencia al prójimo.
Como estudiantes te preescolar, lo vemos, lo sentimos, pocas veces la sociedad se da cuenta las cosas vividas dentro de los salones de clases, ver a maestra desesperadas o resignadas por los comportamientos de los niños, ya no se desgastan buscando qué hacer, ahora sólo se trabaja con dichos comportamientos.
Ojala pudiéramos escuchar la experiencias de miles de maestras que han sufrido violencia por parte de sus alumnos, mordidas, patadas, agredidas, y la lista podría seguir, los niños se sientas con poder frente a los maestros, aunque no generalizamos vemos que es mayoría.
Una de las cosas que nos llevó a buscar sobre la agresividad infantil, fue encontrarnos en situaciones dónde se nos cerraban las opciones con algunos alumnos, sentir la impotencia de no poder hacer nada, al estar escribiendo no podemos evitar pensar en tantos pequeños victimas de agresión, como aquellos asumiendo un rol de agresor con sus compañeros, en busca de actualizarnos y tener más opciones de para ayudar en el manejo de comportamientos disruptivos nos llevó a buscar diferentes puntos de vista del tema.
Aunque creemos que es importante conocer de tema, sabes lo imposible de erradicarla, así como los niños son diferentes, también los padres, los maestros no podemos solos con estos comportamientos, lo mejor sería un trabajo en equipo, lamentablemente, la ausencia de los padres es notoria en los salones de clases, habiendo alumnos de los cuales, no conocemos a los padres inclusive a medio ciclo escolar, ¿Cómo trabajar así?, con salones con exceso de alumnos, sin apoyo de padres de familia y con la responsabilidad social de ver al maestro como responsable de la educación de los ojos, ¡vaya tarea!

            Como maestras debemos conocer estos cambios habidos en los niños y aunque tal vez no podamos frenarlo, sí contribuir, persistiendo y trabajando con aquellos padres comprometidos interesados en la educación de sus hijos

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