lunes, 23 de junio de 2014

LOS NIÑOS YA NO SON LOS MISMOS...

“Los niños ya no son los mismos”, lo ha escuchado, o quizá lo ha dicho, pues es una realidad, la imagen de los niños “obedientes”, respetuosos de sus padres, aquellos que ni siquiera escuchaban las pláticas de sus padres, mandables, parece han ido extinguiendo con el paso de los años.
Ahora medios de comunicación,  nos hablan de bullying, acoso escolar, hostigamiento, abandono escolar, en fin, casos que han llegado a la muerte, es una realidad, cada vez más los niños muestran más comportamientos de agresividad que benevolencia al prójimo.
Como estudiantes te preescolar, lo vemos, lo sentimos, pocas veces la sociedad se da cuenta las cosas vividas dentro de los salones de clases, ver a maestra desesperadas o resignadas por los comportamientos de los niños, ya no se desgastan buscando qué hacer, ahora sólo se trabaja con dichos comportamientos.
Ojala pudiéramos escuchar la experiencias de miles de maestras que han sufrido violencia por parte de sus alumnos, mordidas, patadas, agredidas, y la lista podría seguir, los niños se sientas con poder frente a los maestros, aunque no generalizamos vemos que es mayoría.
Una de las cosas que nos llevó a buscar sobre la agresividad infantil, fue encontrarnos en situaciones dónde se nos cerraban las opciones con algunos alumnos, sentir la impotencia de no poder hacer nada, al estar escribiendo no podemos evitar pensar en tantos pequeños victimas de agresión, como aquellos asumiendo un rol de agresor con sus compañeros, en busca de actualizarnos y tener más opciones de para ayudar en el manejo de comportamientos disruptivos nos llevó a buscar diferentes puntos de vista del tema.
Aunque creemos que es importante conocer de tema, sabes lo imposible de erradicarla, así como los niños son diferentes, también los padres, los maestros no podemos solos con estos comportamientos, lo mejor sería un trabajo en equipo, lamentablemente, la ausencia de los padres es notoria en los salones de clases, habiendo alumnos de los cuales, no conocemos a los padres inclusive a medio ciclo escolar, ¿Cómo trabajar así?, con salones con exceso de alumnos, sin apoyo de padres de familia y con la responsabilidad social de ver al maestro como responsable de la educación de los ojos, ¡vaya tarea!

            Como maestras debemos conocer estos cambios habidos en los niños y aunque tal vez no podamos frenarlo, sí contribuir, persistiendo y trabajando con aquellos padres comprometidos interesados en la educación de sus hijos

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