Una
de las problemáticas más recientes en el ámbito escolar es la agresividad, cada
vez más aumentan los incidentes, se implementan guardias a la hora del recreo
para vigilar a los niños, provocando así mismo, una baja en la asistencia y al
cambio definitivo de la escuela.
Se
ha comprobado que uno de los problemas principales de las ausencias en clases,
es por niños negándose asistir a clases por miedo a recibir un tipo de lesión, niños
que son violentados de manera constante.
Estamos
llegando a un punto alarmante, vídeos circulan en las redes sociales con
escenas de peleas, de agresiones e humillaciones son el centro de atención de
miles de jóvenes, casos que han terminado ocasionalmente en muerte.
Este
tipo de conducta también es propia desde los primeros años, desde los jardines
de niños ya se reportan incidentes de violencia, aún maestra han recibido algún
tipo de lesión, sin embargo, algunos padres consideran normales este tipo de
comportamiento justificándolos con ser propios de la edad.
Entonces
es cuando surge la pregunta, ¿qué está pasando?, ¿por qué los niños ya no son
como antes?, ¿qué es la agresión infantil? ¿En verdad este tipo de conductas
son “normales en los niños?
Con el fin comprender este tema, hemos
buscando algunas referencias de diversos autores, tratando de analizar un poco
los factores implicados en las conductas disruptivas, así como, algunas
recomendaciones para maestros y padres
de familia sobre lo que podemos hacer o no en caso de enfrentarnos a una
situación similar.
Una
agresión es el resultado de conflictos definidos como “situaciones en que dos o
más personas entran en oposición o desacuerdos de intereses y/o posiciones
incompatibles donde las emociones y sentimientos juegan un rol importante”[1]
La
agresividad infantil “es el hecho de provocar daño tanto físico como
psicológico”, “forma parte de nuestra naturaleza la agresividad. Como todo lo
pasional, de lo que forma parte, en sí
no es algo ni bueno ni malo. Es una necesidad, pues sin ella no tendríamos fuerza interior para vencer los
obstáculos con que uno se encuentra a lo
largo de la vida. Eso sí hay que educarla”[2].
Es
definida como “una respuesta hostil frente a un conflicto latente, patente o
crónico”[3], donde las emociones
juegan un papel importante en la manifestación de impulsos agresivos, pues el
mal manejo lleva a un desequilibrio emocional, pudiendo caer hasta el punto de
dañar a los demás.
Según
varias investigaciones los principales factores que propicia la agresividad
infantil son los aspectos individuales,
familiares, escolares y/o amigos y sociales o ambientales. En los factores
individuales encontramos el “temperamento, impulsividad, hiperactividad,
condiciones psiquiátricas, historia de agresión, actitudes creencias”[4], etc.
Por
su parte en los aspectos familiares, “la exposición a la violencia, abuso del
niño, abuso parental de sustancias, paternidad inefectiva, conflictos
maritales, pobre apega, padres antisociales”[5] entre otros.
“Los
grupos antisociales, bajo compromiso de la escuela, fracaso académico, escuelas
grandes, intimidación”[6], rechazo de los compañeros
forman parte de los aspecto escolares, por último encontramos que dentro de los
aspectos sociales y/o ambientales están la “desorganización del veintenario,
violencia del entorno, acceso a las armas, violencia del entorno, acceso a las
armas, prejuicios, expectativas del rol de género, normas culturales”[7].
Es
el ambiente familiar considerado como el de más impacto en la vida del infante,
influyendo la manera de disciplinar de los padres, la forma en la cual los
miembros de la familia se tratan, las reacciones, expresiones, comportamientos
y toda actitud, van aprendiendo dichos comportamientos expresándolos hacia los
demás.
Por su parte Freud en su psicoanálisis observó cómo los niños desde edades tempranas mostraron actitudes negativas cuando tiene un amor por su progenitor y ven a su hermano como rival teniendo un deseo de dañarlo, "luchar", incluyendo comportamientos de destruir cosas y lanzarlas, este tipo de manifestaciones coinciden en un etapa a la que Freud llamó sádico-anal, término usado en el actualidad.
Por su parte Freud en su psicoanálisis observó cómo los niños desde edades tempranas mostraron actitudes negativas cuando tiene un amor por su progenitor y ven a su hermano como rival teniendo un deseo de dañarlo, "luchar", incluyendo comportamientos de destruir cosas y lanzarlas, este tipo de manifestaciones coinciden en un etapa a la que Freud llamó sádico-anal, término usado en el actualidad.
[1]
Unidad de Apoyo a la Transversalidad 2006, pág. 12.
[3]
Unidad de Apoyo a la Transversalidad, pág. 14.
[4]
Díaz M. Alejandro (2008). Agresión y violencia en la escuela como factor de
riesgo del aprendizaje escolar. Disponible en: http://www.scielo.cl/pdf/cienf/v14n2/art04.pdf
[5]
Díaz M. Alejandro (2008)
[6]
Díaz M. Alejandro (2008)
[7]
Díaz M. Alejandro (2008).
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